Como mujeres y como madres, tenemos la virtud de amar sin medida. De dar siempre más a los demás que a nosotras mismas: más a nuestras parejas, más a nuestros hijos, más a nuestra familia, más a nuestras amigas... pero siempre nos dejamos como última prioridad.
Es por eso que hoy queremos recordarles que ustedes son lo más importantes, que debemos trabajar en el amor y la paz interior para poder compartirlo con el mundo.