š CĆ³mo sobrevivir a los 3 primeros meses despuĆ©s del parto š
Nadie te avisa. Ocurre. Llega de golpe. Pensabas que el parto lo culminaba todo. Luego solo serĆa cuestiĆ³n de disfrutar de tu bebĆ©. No te habĆas preparado para esto. No habĆas leĆdo sobre ello. La sociedad lo esconde.
Y ahora te encuentras tu, con tu reciƩn nacido en brazos. En tu casa, acompaƱada por tu pareja que no llega a comprender que te pasa. PorquƩ lloras por cualquier cosa. PorquƩ no quieres visitas. PorquƩ no quieres que nadie toque a tu bebƩ.
El postparto, el gran olvidado. Ese perĆodo de la vida en que tus hormonas estarĆ”n a flor de piel, mĆ”s que nunca. Ese perĆodo de tu vida en que te convertirĆ”s en una poderosa mamĆfera que poco podrĆ” razonar, sino sentir.
El postparto, tan duro, tan intenso y poderoso. Tan primal, animal, salvaje. SacarƔ lo mejor y peor de ti. SentirƔs miedo y pƩrdida. Ya no eres quien eras, jamƔs volverƔs a serlo. Ahora eres otra, mejor seguro, pero te sientes perdida y en un cuerpo y una mente que no conoces.
A veces querrĆ”s huir. Otras encerrarte con tu crĆa. El postparto removerĆ” toda tu esencia. Todo tu ser.
No sabes ni cĆ³mo pero las horas pasan y no llegas a nada mĆ”s que a poder alimentar a tu crĆa. No sabes cuĆ”ndo ni como ducharte, tu bebĆ© te reclama a todas horas. Ya ni menciono la casa, la ropa, las compras, visitasā¦
ĀæY como sobrevivir? Te preguntasā¦
DĆ©jate llevar, escucha tu instinto, tu intuiciĆ³n. Abraza fuerte a tu bebĆ©, no te separes de Ć©l. No escuches opiniones ajenas ni consejos que no hayas pedido.
RodĆ©ate sĆ³lo de familia o amigos de confianza. Los que no te juzgan y opinan. Los que ayudan con la casa y te traen comida. Los que no esperan visitas de tĆ© mientras se turnan para coger en brazos al bebĆ©. Haz tribu.
Esta sensaciĆ³n suele cambiar pasados los tres primeros meses de vida del bebĆ©. Cuando empezĆ”is a conocernos bien. Cuando te sientes cĆ³moda con la lactancia. Cuando tienes a mano sus rutinas. Cuando las hormonas empiezan a harmonizarse. Cuando el cuerpo empieza a recuperarse. Pero sobretodo cuando tu te sientes a gusto con tu nuevo yo.
Has renacido, como madre. Ya no eres quien eras. Eres otra. Eres tu. JamĆ”s volverĆ”s a ser la de antes. Y es que ya no podrĆas volver a serlo. No luches contra ello, vĆvelo y siĆ©ntelo en cada poro de tu piel. Estos instantes, aunque duros e intensos, jamĆ”s volverĆ”n.
Escrito por: Laia Casadevall, matrona
Precioso y muy real. Se pasa fatal y no se habla de ello, lo asumes y sobrevives como puedes.